Esta situación además de incidir en el
crecimiento económico del país, al disminuir las inversiones
(nacionales y extranjeras) en nuevas empresas, se refleja
necesariamente en un déficit permanente en la creación de nuevos
empleos y por lo mismo propiciar una de las condiciones
principales que impulsa el crecimiento de la delincuencia. Un
verdadero círculo vicioso, que crece día tras día..
Pero olvidemos por ahora las consecuencias
económicas de la inseguridad y hagámonos unas pregunta. ¿De que
manera la inseguridad ha modificado nuestra forma de vivir?
¿Que familia, sobre todo en el Distrito Federal, no ha sido
víctima de la inseguridad, por robo, asalto, violación,
secuestro o asesinato? Seguramente muy pocas.
Antecedentes.
Al principio decía que para un viejo como yo, es relativamente
fácil retroceder varias décadas y escudriñar dentro de sus
recuerdos.
No se necesita ser un genio para darse cuenta de que la
inseguridad nació, creció y permaneció en nuestra gran ciudad
capital. Tampoco se requiere para saber que salvo en algunas
regiones fronterizas, la inseguridad en provincia es
considerablemente menor que en la zona metropolitana de la
Ciudad de México
¿Pero como fue que la ciudad extremadamente segura a la que
llegué en 1949, pudo haber cambiado tanto?
Estos son algunos hechos:
-
Al inicio de los años 50, la Ciudad de México
estaba invadida de puestos fijos y semifijos en las zonas de La
Merced, Lagunilla y Tepito, pero se podía caminar sin peligro
por todos los estrechos pasillos que subsistían. No eran las
únicas áreas invadidas, pero si las más extensas, pues los
puestos proliferaban en La Vila, Xochimilco y en algunas
delegaciones como Tacuba y desde luego sin faltar, la muy famosa
avenida de San Juan de Letrán. Digamos que prácticamente lo
mismo que se vive en la actualidad
Sin embargo, la única precaución necesaria era cuidar la
cartera y las plumas fuente. El robo sin violencia y sin que se
diera cuenta el ofendido, era todo un arte. En esa época me fue
robada la cartera (sin dinero) cuando caminaba por las calles de
la Merced, pero nunca supe de que manera, pues no me di cuenta.
-
¿De que delitos debías de cuidarte? Del que
te vendía relojes y joyas falsos, de las estafas con fajos de
billetes falsos o que encontrabas tirados en la calle. Todo ello
bastante ingenuo y previsible.
-
En los años 50 una mujer sola, podía abordar
el autobús urbano de primera clase, a las 11 de la noche en una
esquina solitaria, encontrar asiento y llegar tranquilamente a
su destino.
-
De igual manera un chamaco de 12 años salir
de su casa a las 10 de la noche, tomar un tranvía Atzcapotzalco
y trasladarse de Tacuba al Centro, en un vagón semi vacío.
Bajarse en la esquina de San Juan de Letrán y Tacuba, caminar,
entrar al Correo Central y en la ventanilla nocturna
comprar estampillas y poner su carta en los buzones que
quedaban escondidos bajo las escaleras. Nadie lo molestaba, ni
se acercaba a ofrecerle sexo o droga. Sin embargo la zona roja
de la ciudad, comercio del sexo, se diseminaba por todas esas
calles desde el Correo hasta Garibaldi, pero no era peligrosa.
-
A fines de los 50 y durante los 60, la ciudad
se transformó, el crecimiento urbano se aceleró, pero también
tuvo auge el crecimiento económico, aunque por entonces ya se
hablaba mucho de desigualdad en el reparto de la riqueza. Había
pobreza como ahora, pero la ciudad continuó siendo segura a
pesar de la desigualdad. Se construyeron muchos mercados y
desaparecieron los puestos fijos y semifijos apostados en calles
y avenidas. El alumbrado público de la ciudad, creció tanto que
llegó a ocupar el primer lugar en el Mundo. Desapareció
totalmente el ambulantaje de las calles de la ciudad. Todo
aquello ayudó considerablemente a mejorar la seguridad.
-
Para 1957 mi antiguo socio y el que esto
escribe iniciamos con $1000 un Taller de Embobinado de Motores.
El sitio, una de las colonias incrustadas en las cercanías de
Tepito, la Colonia Morelos, casi en la esquina de Canal del
Norte con Boleo. Diseñamos una alarma contra robo muy
ingeniosa, pero nunca fue necesaria pues jamás fuimos robados,
ni asaltados. En los dos locales que tuvimos en esa misma
avenida, entre 1957 y 1970, abiertos al público y trabajando
incluso por la noche, nunca tuvimos un solo incidente
-
En los años 60, cuando mi esposa y yo
salíamos al cine o al teatro, la indicación era: -busca un
lugar en la calle, para que no pagues estacionamiento-.. Al
regresar bien podíamos caminar un buen tramo a pesar de ser de
noche y encontrar sin daño nuestro auto, ni ser asaltados.
-
En esa misma época había robos de casas y
comercios, pero se cometían cuando no había gente en su
interior. También habría robos de autos y accesorios, pero se
cometían sin violencia. No recuerdo que hubiese secuestros en
aquellos años.
-
En los inicios del programa 24 Horas de
Jacobo Zabludovsky, se dio algo inusitado en México.: un robo de
banco. La noticia era de tanta trascendencia que el programa,
casi en su totalidad se dedicó a reseñar tan poco usual
acontecimiento.
-
Para los años 70, la situación cambió
radicalmente, los acontecimientos políticos acabaron por generar
la polarización de la Sociedad. Un autoritarismo desbocado del
presidente Díaz Ordaz y un gobierno de corte populista con Luis
Echeverría, iniciaron el enfrentamiento de los estudiantes con
el gobierno y de la clase trabajadora con los empresarios. La
época de las guerrillas, secuestros y la inseguridad en las
calles había comenzado.
-
Creía, que esto sería una simple percepción
de mi parte, pero analizando información de un estudio realizado
por el Dr. Pablo Picatto, denominado Estadísticas del Crimen en
México y realizado con el apoyo de la
Universidad de California en San Diego, encontré una gráfica
que muestra claramente las tendencias del delito en la Ciudad de
México entre 1926 y 2001. Aunque es posible que las cifras no
sean reales, pues están basadas en estadísticas oficiales, la
gráfica muestra un descenso sostenido del total de delitos por
100,000 habitantes cometidos entre 1926 y 1970 y tal cual indica
mi percepción personal, la gráfica comienza a elevarse a partir
de 1971. Tómese en cuenta que la escala vertical es logarítmica,
de tal forma que si estuviera en escala decimal se apreciaría
una pendiente en ascenso aún más marcada. Véanla a continuación:
-
Efectivamente, al llegar los años 70 la
ciudad cambió. No había crecido la pobreza, a la que ahora
quieren achacar la inseguridad en que vivimos, por el contrario,
en esos años el gobierno de Echeverría hizo subir, por decreto,
todos los salarios mínimos y profesionales por encima de la
inflación. Véase en este mismo sitio:
El Populismo sus Efectos y Consecuencias. Es decir que la
gente, por lo general tuvo más dinero, pero sin embargo la
inseguridad se acentuó.
¿Porqué?
La posibles razones como mencioné antes, pudieron ser los
enfrentamientos sociales provocados por el discurso político
incendiario de aquella época. Continuó además el enfrentamiento
estudiantil con el gobierno, que culminó con la represión de
junio de 1971, pero también tuvimos el enfrentamiento de
empresarios con el gobierno federal y el asesinato en Monterrey
de Don Eugenio Garza Sada. símbolo y ejemplo de esfuerzo y
trabajo del conglomerado industrial del norte.
Por si fuera poco el discurso oficial de ataque permanente a los
empresarios, acabó por enfrentar a los patrones con sus
trabajadores.
-
Decía que Uruchurtu construyó mercados y
limpió las calles de comercio ambulante, les dio limpieza e
iluminación y por lo mismo alejó vagos y malvivientes de las
aceras capitalinas.
Sin embargo Echeverría dio marcha atrás y una de las razones del
incremento de la criminalidad en las calles, fue la creación de
los llamados Mercados sobre Ruedas, que más que beneficio
trajeron desorden y caos urbano, aparte de promover las ventas
de contrabando, marcas piratas y artículos robados. Esta pudo
ser una de las primeras razones que detonaron la delincuencia
callejera.
-
Paralelo a esto se dio lo inimaginable, las
relucientes estaciones del Metro capitalino, que fueron nuestro
orgullo por algunos años, acabaron por convertirse también en
sitio preferido del comercio informal e ilegal. El problema
creció con las grandes estaciones de transferencia y con los
paraderos de las rutas alimentadoras de autobuses, que dieron
lugar a verdaderos nidos de maleantes en su entorno..
-
La mezcla de ingredientes era perfecta y la
inseguridad en las calles ya estaba presente, pero faltaba
todavía lo peor: la violencia.
-
En 1975 el que esto escribe fue asaltado con
violencia al salir de su oficina. Acostumbraba salir al
anochecer y fue agredido con un puñal, como dicen ahora,
con tan buena suerte que perforaron su brazo y no su pecho, tan
solo para llevarse el portafolio y el reloj.
-
Ya antes en 1974, habíamos cerrado la tienda
de material eléctrico, con venta al público en horario diurno,
precisamente por la inseguridad que rondaba en la zona. Se
acuerdan de aquella zona a la que me refería al principio que
durante 13 años jamás tuvimos incidente alguno, me refiero a la
misma, pero sobre la Avenida Río Consulado. Las cosas habían
cambiado demasiado.
-
Para 1983 tuvimos un asalto violento al
interior de nuestra propia casa, también por fortuna los vecinos
nos habíamos preparado con anticipación y nuestra red de alarma
funcionó. Como de película, las patrullas llegaron, fuimos
rescatados sin daños y los maleantes fueron detenidos. Pero era
ya tiempo de huir de la jungla del asfalto y del horror.
-
Después de 1984, ya no supe más de mi muy
querida ciudad, la que me dio todo, cuando era segura, podía
caminar tranquilamente por sus calles y no había contaminación.
La realidad actual
(2004).
Por la descripción anterior y el deterioro permanente de la
seguridad ciudadana no es explicable, ni congruente el porqué ni
el Gobierno Federal, ni los Gobiernos Estatales, ni el Gobierno
del Distrito Federal afrontaron esta insostenible
situación como PRIORIDAD NÚMERO UNO de su gobierno
y haber iniciado, pero desde el año 2000, no ahora cuando ya es
tarde, una Cruzada Nacional contra la Inseguridad en todas
sus vertientes y en todas sus modalidades. Eso simplemente no se
hizo, no se ha hecho y la Inseguridad que priva en la capital y
en muchas de las poblaciones de este país es en verdad
aterradora.
Quisiera decirles, como en otros casos en que
nos apoyamos en las estadísticas oficiales, (miren, dense
cuenta de como han ido empeorando las cosas), pero en este
capítulo no hay referencias confiables. Vamos, no hay ni
siquiera una forma de correlacionar los resultados de las
diferentes fuentes, pues cada quién las lleva (y las maquilla)
de la forma en que más le conviene. Es por este motivo que opté
por no mostrar aquí ningunas cifras oficiales.
¿Y entonces que hacer?
Para nuestra fortuna existen instituciones serias, de la
iniciativa privada y ciudadana, que se han preocupado por
atender este grave problema, que día tras día pone en riesgo,
nuestra vida cotidiana.
Aquí me refiero solo a dos de ellos, al
Instituto de Estudios
Económicos del Sector Privado que pertenece al Consejo
Coordinador Empresarial y la Coparmex y al
Instituto Ciudadano de Estudios sobre Inseguridad, por sus
siglas ICESI, pues ambos realizan un trabajo estupendo,
permanente, independiente y desinteresado.
Aquí y enseguida les quiero mostrar un resumen final del estudio
elaborado por el ICESI quién por
primera ocasión participó (en representación oficial de México)
en la Encuesta Internacional sobre Criminalidad y Victimización
(ENICRIV) o International Crime Victimization Survey (ICVS)
realizada por la ONU en julio de 2004.
Este no es el primer estudio realizado por ICESI, pues a la
fecha entre muchos realizados, cuenta con 3 Encuestas realizadas
a nivel nacional.
A continuación reproduzco textualmente el
resumen publicado por ICESI en relación con los resultados de la
encuesta,
ENICRIV, de julio de
2004.
En los últimos 5 años...
-
Más de 30 millones de mexicanos
mayores de 18 años fueron víctimas de la delincuencia.
-
La cifra negra de la delincuencia –delitos no
denunciados- es de 75%: sólo se denuncia 1 de cada 4 delitos
que se cometen.
-
63% de quienes denunciaron quedaron
insatisfechos con la actuación del Ministerio Público porque las
autoridades no hicieron lo suficiente, o no se interesaron.
-
46% de los robos totales se cometieron con
violencia •
-
Una de cada diez viviendas fue robada.
90 de cada 100 de tales viviendas son casas independientes.
-
9% de las personas fueron atacadas o
amenazadas al menos una vez.
-
Casi en 1 de cada 100 viviendas hubo
al menos una víctima de secuestro.
-
4% de las personas fueron víctimas de ofensas
sexuales, de las cuales: 83% son mujeres. • 18% no lo
considera un delito. • En 30% de los casos, los agresores son
conocidos de las víctimas: • En 4 de cada 10 eran sus parientes
y en 1 de cada 4 su ex cónyuge o ex pareja.
-
1 de cada 3 personas se siente insegura
o muy insegura caminando de noche por su colonia o poblado.
-
40% de la población considera probable o muy
probable que alguien robe su vivienda en los próximos 12 meses.
-
45% opina que la policía actúa mal
o muy mal para controlar el delito.
-
Sólo durante 2003, al 12% de la población,
alguna autoridad le solicitó un soborno o “mordida” por sus
servicios.
-
92% de las víctimas de soborno no denunciaron
el hecho.
Si alguien tuvo a bien
revisar el avance de este texto habrá notado que quedó en
suspenso desde el mes de agosto, en parte porque quería recordar
de que manera fue que la Ciudad de México dejó de ser segura y
como y cuando sucedió. Estos recuerdos quedaron insertados
dentro de este texto un poco más
arriba.
Pero por otra parte quedó en suspenso porque quería agregar los
datos de la Tercera Encuesta que a nivel nacional realizó el
ICESI en 65,957 viviendas y cuyo levantamiento fue realizado por
el INEGI a principios de este mismo año 2005
Recientemente he escuchado fuentes oficiales, sobre todo del
Gobierno del Distrito Federal, que ya pretenden descalificar
esta encuesta, supuestamente por ser obsoleta. En verdad resulta
vergonzoso escuchar este tipo de aseveraciones, pues los datos
de la encuesta se levantaron en los primeros meses del año 2005
y se refieren a sucesos reales reportados por los propios
involucrados y no precisamente a sus percepciones personales.
No puede haber una encuesta más actualizada, si 2005 apenas
termina.
Los resultados del estudio fueron hechos públicos recientemente
y pueden consultarse tanto en el sitio web del ICESI en la
dirección:
http://www.icesi.org.mx/,
como en el INEGI en la dirección:
www.inegi.gob.mx/
Aunque ICESI nos hace ver que la metodología de las encuestas
anteriores a la tercera no es compatible, si resulta interesante
comparar la incidencia delictiva (delitos por cada 100,000
habitantes) de la primera encuesta, con los resultados de esta
tercera encuesta. La razón es sencilla, en todos los casos e
independientemente de la metodología no ha habido disminución
alguna en el período 2001-2004, salvo en el caso del Estado de
Chiapas.
Vean la tabla a continuación:
La tabla anterior nos confirma a través de los resultados de la
Tercera Encuesta del ICESI, lo que todos sabemos, es decir que
en realidad no se han obtenido avances significativos en la
lucha contra la inseguridad:
Sin hablar de porcentajes dado que los resultados no son
compatibles, no se muestra reducción del índice delictivo
en ninguna de las entidades federativas, excepto Chiapas.
Otra reflexión que cabe mencionar y que confirma mi percepción:
No se debe achacar la inseguridad nacional a la pobreza de un
gran sector de nuestro pueblo, los índices más bajos se dan en
Chiapas, uno de los estados más pobres del país, por el
contrario se debe a la innegable y claramente visible
existencia del crimen organizado y todos sus vínculos de
corrupción.
Pero aún hay más, los resultados que van a ver a continuación,
son en verdad sorprendentes, pues posiblemente por primera vez y
dada la extensión nacional de la encuesta y el universo de la
misma de casi 66,000 viviendas, nos refleja con extrema nitidez
la triste realidad que nos suelen ocultar las cifras
gubernamentales.
Para que se tenga una idea cabal del gran esfuerzo realizado por
estas instituciones (ICESI e INEGI, hoy ambas con absoluta
autonomía) baste comentar que las encuestas usualmente
realizadas por el diario Reforma y que aportan resultados
excelentes, se realizan apenas en 1500 viviendas a nivel
nacional, obteniéndose un margen de error de +/- 2.5%.
La magnitud de la encuesta de ICESI - INEGI, nos permite
analizar datos fidedignos y confiables de toda la gama de
delitos realizados en este país durante 2004, con un margen de
error de +/- 1%. Extraordinario, ¿verdad?
Estos datos en resumen se publican aquí por
primera ocasión, dado que INEGI nos permite obtener las bases de
datos en formato .dbf, pero sin procesar al detalle y el resumen
que nos entregan muestra solamente cifras a nivel nacional.
La tabla que sigue, una vez procesados los datos de INEGI, por
quien esto escribe, nos muestra datos más explícitos y por
grandes áreas metropolitanas, todas ellas consignadas como zonas
de conflicto. Las cifras obtenidas han sido cuidadosamente
verificadas y los totales nacionales coinciden con los datos
publicados por INEGI. Sin embargo aclaro que aún no han sido
publicadas y avaladas oficialmente por ICESI.
La tabla anterior nos muestra de que manera
se distribuyen 8 clases distintas de delitos, en las zonas
metropolitanas consideradas con mayor incidencia de los mismos
en el país. De igual manera se muestra el total del resto del
país, para obtener los totales a nivel nacional y poder
cotejarlos con las cifras que publica INEGI en su sitio web.
Sin embargo lo que no se puede determinar es el número de
delitos en función de la población de cada una de esas áreas
conurbadas, consideradas por la encuesta como zonas de mayor
incidencia.
En la tabla que sigue pretendo mostrarles estos datos, al
menos para cuatro de los delitos, que considero son los más
preocupantes en la actualidad: Secuestro y secuestro express,
Robo de automóvil con y sin violencia, Robo a transeúnte con
violencia y Robos de casa habitación, todos ellos en función de
la población estimada por CONAPO para 2004, en cada una de las
zonas.
Por el contrario de lo que solemos pensar, la zona metropolitana
de la Ciudad de México, no ocupa el primer lugar en los 4 tipos
de delito y como verán a continuación, el delito de secuestro es
más frecuente en Culiacán, Sinaloa, los de robo de auto y robo
de casa habitación en Tijuana y en Mexicali respectivamente,
ambas ciudades del estado de Baja California y finalmente el
robo violento a transeúnte en la Ciudad de México.
En la parte inferior podrán encontrar cifras de incidencia por
100,000 habitantes para el resto del país y podrán
observar que en dichas áreas la incidencia del delito es muy por
debajo de la media nacional de cada uno, excepto en robo de
viviendas..
Esto que aquí se muestra, es apenas un pequeño avance de las
múltiples facetas que puede tener esta versátil encuesta y que
estoy cierto que de aquí en adelante servirá de base para poder
calificar el trabajo que realizan en pro de la seguridad
ciudadana, tanto los municipìos, como los estados y además en
las zonas conurbadas, que como sucede en la Ciudad de
México requieren del trabajo conjunto del Estado de México y el
Distrito Federal. Finalmente las cifras a nivel nacional nos
servirán para efectuar comparaciones con la incidencia del
delito en otras naciones.
A pesar de lo poco que pude profundizar en este trabajo,
considero que es justo hacer un amplio reconocimiento al ICESI y
al INEGI, por tan estupenda, amplia y completa encuesta que han
realizado.
Conclusiones
Para concluir el tema de inseguridad solo resta un breve resumen
-
La inseguridad es una importante razón del
deterioro económico que vivimos, que incide en la falta de
empleo formal; todo ello motivado por el alto costo que deben
pagar las empresas por concepto de seguridad de sus negocios.
Esto quiere decir un alto costo en los rubros de seguridad para
sus ejecutivos, seguridad dentro de fábricas y oficinas y
seguridad en el transporte de las mercancías y valores, esto sin
contar las altas primas de los seguros contra robo.
En este renglón de competitividad México ocupa el sitio 93 entre
104 países.
-
Los antecedentes reflejan que el origen de la
inseguridad en el Distrito Federal, que después se trasladó al
resto del país, se remonta a los años 70 del siglo anterior,
durante el gobierno de Luis Echeverría. El discurso populista
del presidente, enfrentó a trabajadores con empresarios y su
falta de tacto hizo crecer el problema de los estudiantes contra
el gobierno. Ver los detalles arriba.
-
Las estadísticas oficiales de las
procuradurías y cuerpos policíacos no son confiables, ni
congruentes, ni compatibles entre si. Por fortuna las encuestas
que realiza el ICESI, ahora con la participación del INEGI, nos
han abierto los ojos a la realidad que se vive. Las cifras son
verdaderamente alarmantes. Ver las tablas
arriba.
-
No solamente el Gobierno del Presidente
Vicente Fox soslayó el problema de la inseguridad, los gobiernos
de los estados y del Distrito Federal fracasaron rotundamente en
su lucha contra el delito.
-
Una Cruzada Nacional debió ser la
Prioridad Uno desde el inicio del año 2001. Esto nunca se
logró.
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